sábado, 10 de enero de 2015

Y a la mierda

Estoy cansada de intentar encontrar poesía en la mirada de alguien
y libertad de expresión en sus labios.
Cansada de ver pasar a cuerpos vacíos sin cerebros,
de aguantar a impertinentes
que creen que todo lo saben.

Estoy harta de estar vacía,
de que todo me aburra
y de sentir que estoy en un lugar en el que nunca encajaré.
Harta de que nada consiga abrumarme,
de no tener un cobijo,
un hogar que me dé calor.

No puedo más con tanta injusticia,
con tanto desahucio,
con tantas familias sin nada que comer.
No puedo más con tanto pez gordo
que se alimenta del sudor del pueblo,
que goza de coches de lujo
a costa del dolor de riñones de gente humilde.

No aguanto a extremistas,
a cabezas cerradas
con bocas abiertas.
No aguanto a homófobos,
racistas,
fascistas
y un largo etcétera.

Me desgana tener que limpiar el polvo
de la vida de otras personas, 
tener que abrazar a alguien
y sentirme como un barco que está de paso en un puerto
porque siempre acaban echándome de él.

Me acojona saber que
algún día
mis propios monstruos acabarán deborándome,
que mis propios pensamientos acabarán con mi cordura.

Me queda claro
que el mundo es una mierda.
Que estamos podridos,
tanto por dentro como por fuera.
Y si por mí fuera
lo quemaba todo
y a la mierda.

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