domingo, 11 de enero de 2015

El querer no basta

Hoy he conseguido meter toda mi vida en una maleta, por extraño que parezca he empaquetado veinte años de recuerdos en quince minutos y tengo que confesar que aun queda espacio por si decides colarte, de golpe y porrazo, como todo lo que haces, como todo lo que hacemos.

Como el día que viniste y destrozaste mis esquemas. ¿Pensaste ese día que acabaríamos siendo quien somos?

Tú nunca has podido entender que escribo porque me lees, y me hieres, y me haces escribir y todo se vuelve un círculo vicioso del que no podemos salir, o del que no queremos salir. Porque antes de golpear la pared ya he podido escribir márchate, y los dos sabemos que no voy a decirlo, que aun no he aprendido a mentir.

¿En qué me he convertido sino en la marioneta de tus palabras?

¿Esto era mi vida? ¿Un cúmulo de caminos que si no acababan en ti no tenían salida? Ven y quítame los miedos si vas a quedarte, deja las palabras a un lado, rompe los relojes y los muros y convénceme ahora mismo de que si hoy te quedas no amaneceré mañana llorando.

Ya sé que odias las cosas premeditadas, las colas del metro, el desgaste del tiempo y el amor a borbotones, pero es que ya sabes que soy incapaz de dosificar tanto caos y que escapes de mi infierno cuando más ardo no ayuda en absoluto.

Si me dices te quiero voy a tener que volver a salir corriendo en dirección contraria al sentimiento, por si vuelves a atraparme y a marcharte, por si quieres quedarte cuando ya hace más de catorce paradas de metro que huí, por si no sabes qué quieres pero crees saber que me quieres a mi.

Y a mí con creer no me basta.
Aquí el querer ya no basta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario