martes, 6 de enero de 2015

Vuelta a empezar

Como el último suspiro antes del fin del llanto, largo e intenso y, a la vez, relajante.

Me resulta raro quedarme sin saber qué decir. Pocas cosas me lo provocan. Poquísimas cosas. Pero a veces pasa. Algo te descoloca y no importa el nivel léxico que poseas porque lo único que expresará tu boca será una mueca de incredulidad.

Siempre es igual. Cambia el motivo, no el desenlace. Algo así como cortar tu canción favorita en medio de un baile despreocupado y risueño, sin previo aviso. Y lo peor es que no sabes si podrás darle al play de nuevo.

Se nubló el panorama, y eso que las noticias daban sol. No todo sale según las previsiones y por eso siempre llevo el paraguas. Soplaba el viento de cola, pero la naturaleza es caprichosa y ahora va de cara. Ya no puedo acelerar. Es más, retrocedo.

Ni es que , ni es que no, es a lo mejor. Empiezo a pensar que me gusta la incertidumbre, que la inestabilidad me pone tanto como tú, y eso ya es decir. Dame un motivo para andar sobre el alambre y prometo ser el mejor equilibrista jamás conocido.

Como la primera lágrima tras la calma. No quieres soltarla, pero la hija de puta se escapa. Y vuelta a empezar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario