jueves, 18 de diciembre de 2014

Tu cuerpo

En la carretera sinuosa de tus labios,
a toda velocidad,
sin pensar en la siguiente curva.
Ni una señal
que indique el peligro
que supone rodar por aquí.

En esa sonrisa me perdí yo,
sin posibilidad de retorno
ni escapatoria.

En la travesía de tu boca
hasta tu ombligo,
mi lengua marca el camino
por si olvida cómo volver.

Y más abajo
sigue a lo suyo.
Agarrándome la cabeza,
retorciéndote de placer.
Nuestra miradas se cruzan...
Orgasmo.

Mis manos
se saben cada rincón de tu cuerpo,
cada lunar escondido.
No tengo ni idea de arte,
pero si tú no lo eres
el arte es una farsa.

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