jueves, 5 de febrero de 2015

No miro atrás

Lo teníamos todo en común.
Menos querer compartir el camino.

Pasamos de la nada al todo
y del todo a la nada.

Quisiste que me marchara.
Y eso hice.
No miro atrás.

Todo a destiempo,
como los besos que no nos dimos,
que ya se perdieron.

Se me escapan tus dedos
de los míos.
Dejó de ser una pesadilla
para ser la cruda realidad.

Y duele.
Claro que duele.
Siempre duele.

Pero si algo me enseñaron las decepciones del pasado 
fue que derramar una lágrima de más es estúpido.

Sé anteponerme
a labios seductores,
a piernas hipnotizantes,
a ojos atrayentes.

Si esto no fue
será porque no tenía que ser.

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