Lo teníamos todo en común.
Menos querer compartir el camino.
Pasamos de la nada al todo
y del todo a la nada.
y del todo a la nada.
Quisiste que me marchara.
Y eso hice.
No miro atrás.
Todo a destiempo,
como los besos que no nos dimos,
que ya se perdieron.
Se me escapan tus dedos
de los míos.
Dejó de ser una pesadilla
para ser la cruda realidad.
Y duele.
Claro que duele.
Siempre duele.
Pero si algo me enseñaron las decepciones del pasado
fue que derramar una lágrima de más es estúpido.
Sé anteponerme
a labios seductores,
a piernas hipnotizantes,
a ojos atrayentes.
Si esto no fue
será porque no tenía que ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario