No sé qué mierdas deciros sobre el amor. Lo único que sé es que hay vicios tan imperfectos que no quieres que se vayan del hueco de tu cuello. Que le haces un sitio ahí por mucho tiempo para que sientan que tienen un hogar al cual volver por si necesitan calor.
Soy una bala perdida y mi rumbo fue a acabar en tus manos. No sé cómo, ya que no te buscaba ni te esperaba. Pero no te vayas. Quédate (mucho tiempo).
No te vayas y déjame hacerte reír, sellarte las grietas del pasado para crear un futuro nuevo. Déjame quedarme para ver como el eco de tu risa baila un pogo a mi lado y me incita a que la acompañe.
Eres la revolución que necesita este mundo y que nadie supo ver hasta que te cruzaste conmigo y vi en tus pupilas las ganas de que todo cambie sin que te haga cambiar. Has hecho tantas locuras que ya parece que nada te vaya a ir bien.
Siento llegar tarde a tu vida, pero déjame las puertas abiertas aunque vaya a entrar por la ventana de tu habitación, que tenemos una cuenta de lunares pendiente, volar sin despegar los pies del suelo y luego fumarnos el peta de después a la salud de su puta madre.
Yo qué sé joder, supongo que querer a alguien es sentirte menos desastre cuando tienes a esa persona en frente. Y desde luego que contigo hace tiempo que no recuerdo lo que es sentirme un puto caos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario