domingo, 23 de noviembre de 2014

Vamos

Vamos a hablar de nosotros.
Puedo decir que el día que más viva me sentí fue aquel que me hiciste pedazos por dentro.
Aun quedan trozos de lo nuestro por el suelo y desde entonces cada día hay más vida y yo vivo un poco menos.
Vamos a alejarnos.
He vuelto a coger ese maldito tren que tantas y tantas veces nos ha unido y que hoy pone definitivamente 2127 kilómetros entre tu aliento y el mío.
Sé que dentro de siete horas lo más cerca que voy a estar de tocarte va a ser este viejo bolígrafo que apenas me deja escribirte.
Me niego a reconocer que duele.
Se nos secó la tinta y se nos gastó el amor de tanto usarlos.
Qué cosas, unos dándolo a cuenta gotas y nosotros regalándolo por las esquinas.
Cómo si nos sobrase, como si supiesemos desde un principio que lo mejor era derrocharlo antes de que pudiese poseernos.
Como si quisiésemos que se acabase.
Porque las cosas buenas acaban pronto y esto era de lo bueno lo mejor.
Vamos a odiarnos ahora.
Que quede un poco de lo que fuimos dentro de nosotros, que el frío venga a recordarnos que esta vez estamos solos, y bien solos.
Que he vuelto a bailar descalza en el salón la canción que tanto me gustaba escuchar y juro que no suena igual sin tus reproches de fondo.
Vamos a pensarnos a gritos y a guardar silencio.
Vamos a desgastarnos los puños contra la pared.
Contra todas las pareces que nos han escuchado gemir, gritar y reír.
Contra todas las paredes que nos han visto querernos y follarnos.
A veces a la vez y otras por separado.
Vamos a guardarnos el rencor en pequeñas dosis.
Que es y somos nuestros.
Que no se agote.
Que nos envenene un poco cada día y nos vaya matando por dentro, que nos robe la vida como nos gustaba robarla a nosotros.
Eso sí que era vida...
Vamos a olvidarnos del pasado, a llamarnos, a gritarnos por última vez que juntos fuimos grandes, a ahuyentar los miedos y el rencor.
Vamos a coser los rotos, a reconstruir los muros, a pensarnos bajito mientras el corazón grita, a follarnos contra la pared, a mordernos, a desgastarnos y a odiarnos un poquito que a veces también es sano.
Vamos a empezar de cero una vez más.
Vamos a desconocernos.

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