martes, 18 de noviembre de 2014

Al final pasa, y te das de bruces

Te dije que volvería, pero no dije que fuera a tu lado. He vuelto a mí misma, a mis manías, a mi verdad. Estoy aprendiendo a sentir entre líneas y a entender silencios. A leer sonrisas, y a abrazar lágrimas. Quiero volver a sentir. Quiero volver a mi libertad.

Tuve una charla con la realidad y me abrió los ojos. Sus palabras me acariciaron como si fueran música. Me hizo sentir bien, por eso dejo que continúe y ahora sé justo lo que tengo que hacer: dejarte ir para que al fin, me dejes ir a mí. Los caminos se entrelazan y te dan la opción de pasar de largo o de quedarte mirando hacia atrás a comprobar que no llegamos a ser uno. Y elijo pasar de largo, ya que esto no lleva a ninguna parte y prefiero una vida nueva a estar perdiendo trenes una y otra vez.

No esperes que llore, porque hace meses que esto acabó y se me secó el tintero de los ojos. Estamos en un circulo cerrado del cual no somos capaces de salir. Pero hace un mes que me di cuenta de que podía ser valiente y mandarte a la mierda. Ni lo intentes, las huelgas de sentimientos ya no funcionan. Te dejo atrás y cierro el libro con candado, porque ya estoy cansada de repetir la misma historia. Necesito algo nuevo en mi vida y tú no has sido capaz de otorgármelo, no puedes exigirme nada sobre tu dolor, ya que hiciste lo que quisiste conmigo. Y no soy un juguete.

Tengo mucho que hacer antes de venirme abajo, así que es hora de que te vayas y nos cuidemos nosotros mismos. Y es hora de hacerlo para siempre.

1 comentario: