jueves, 16 de abril de 2015

Magia

Supongo que no seré la primera
a la que hayas mirado tan... así.
Sabiendo que podrías curarme cualquier verbo en pasado
empapándome en la alegría de tu sudor
cuando lo haces mío.

No, en serio.
Me he perdido tío,
que yo pensaba que la felicidad estaba compinchada
con ese lugar en el que no te importaría vivir el resto de tu vida
así, tal cual y con lo puesto;
sin moverte de ahí, sin tocar nada.
Pero es que llegas con esa sonrisa de podemos ir a donde sientas y joder,
ahora creo que la felicidad es cualquier sitio en el que me desvistas tú y tiemble yo.
Y cualquier sitio al que se nos prohíba ir podría ser un buen argumento para arrancarte la piel a gritos y a hacerte volar a mordiscos.

Sí. La felicidad no es un sitio,
es la actitud en la que bañas cada frase hecha con la precisión de un francotirador que te guiña un ojo sabiendo que cuanto más estudie tu silueta... El que está muerto es él.

No sabes lo que ha sido encontrarte
porque jamás te has perdido pero...
imagínate una vida sin un sólo motivo
por el que morir matando.
Lo sé, suena a imposible
pero lo nuestro también
y míranos.

Yo sigo con la espalda en carne viva
y esta vez no es por las puñaladas del pasado...
Esta vez suenas tan bien...
Que me encantaría poder mezclar
cada gramo de tus ganas
con cada centímetro del espacio de mi vida.
Hueles tan a magia...
Que ojalá no seas un truco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario