jueves, 12 de marzo de 2015

XXVII

El café y la escopeta bien cargados,
que las dudas no se matan solas,
que los años van saliendo caros
y los sueños van muriendo todos.

Si esta noche ves que no duermo,
vela mis sueños
o déjame perderme en mis adentros,
cuéntale al resto que fuimos solo broncas y sexo.

Si mañana ves que no despierto
finge que escribes un nuevo comienzo.

La vida a sorbos largos.
Ojos vendados.
Correr descalzos,
sin miedo a clavarnos los restos de nuestro pasado.
Sin Dios ni fe que puedan controlarnos.

Si se puede elegir,
elijo reencontrarnos de aquí a unos veinte años,
cuando no queden cenizas,
cuando ya no sienta daño,
cuando por fin haya olvidado
que hace ya algunos veranos
que dejamos de guardarnos fechas en los calendarios.

4 comentarios: