jueves, 5 de marzo de 2015

Día 18 sin ti

Nunca antes había odiado tanto un miércoles,
y lo hago por el mismo motivo
por el que no puedo escuchar a Andrés Suárez.
Creo que es culpa de todos en general,
que me hablan tanto de ti,
de tu ausencia,
que se me eriza el corazón al recordar
que no volveremos a ser dos.

La vida sin tu risa cerca se me está haciendo
un infinito camino de vuelta
de uno de esos lugares
a los que siempre tienes ganas de regresar,
aunque te acabes de marchar.

Me toca tragar,
todos los tal vez que me miran de reojo
buscando un retorno que no llegará;
ellos tampoco pueden creerse que esto se nos haya acabado ya.

Me toca callar,
bailar con el orgullo para no pisarle los pies
al poco amor propio que me has dejado en las venas.

Me toca apagar,
todas las luces que te has dejado encendidas
en el pasillo de mi pecho.

Me toca lidiar,
con todos los planes que nunca viviremos
y que hoy sólo son un tiro por la espalda a mi ilusión.

Me toca abrir,
todas las puertas de mi cabeza para dejarte ir,
la misma que te retiene
como mis retinas a todos los besos que me escuecen
cuando escucho tu nombre.

Me toca sentir este vacío.
Aprender a despedirme de verdad y sin esperas suicidas.

Lo peor que me toca es la certeza de que tú ya no lo harás,
y que tú no vuelvas a ser siempre
es la putada que me toca vivir cada día.

Cosas que no quiero que sepas, pero ya sientes.

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