jueves, 26 de noviembre de 2015

Aleatoriedad

Qué frío. Qué día de mierda.
No debería tomar nada sólido y sin embargo sigo tragando con la culpa.

Lo que yo venía a contarte, amor, es que necesito tu ayuda para rehabilitarme, pero primero tengo que advertírtelo: lo que verás ahora es mi abismo, cierra los ojos y agárrame fuerte.

Sí. Necesito que me abraces fuerte fuerte, oprimiéndome el pecho. Quiero que me desgastes el corazón. Quiero que lo aprietes tanto que llegue un momento en el que yo no pueda sentirlo.
Ahora también vas a taparme los oídos para evitar que me escuche.
Para que no vuelva a comparar al ruido con cada reproche sin destino que dispara mi cabeza, y una vez reconocida la ausencia de su sin destino como un boomerang vuelve para acabar conmigo.
Necesito que lo hagas tú antes que ella. Antes que yo.

Sálvame de mí y apúrame. 

Rota. También vas a verme hecha pedazos para que así me digas si serías capaz de conservar cada uno de ellos sin intentar unirlos nunca, nunca. Porque verás... yo me quiero a veces, y en partes, pero no quiero que nadie arregle mis desastres, es una manía tonta que tengo.
Por eso necesito que no necesites modificarme, podrías cortarte, o lo que es peor, arreglarme.
Asume que soy un desastre irreparable, muchos errores en uno y bésame por el filo del cristal hasta que te recomponga yo a ti.
Acéptame destrozada y no digas nada. Hazlo todo.
Y tampoco permitas que me muerda las uñas. No, en serio, prohíbemelo. Átame las manos y no dejes que vuelva la ansiedad. 

Mátala, por favor.
Y cierra la puerta.
Recógeme el pelo para evitar que me ahorquen mis propios hilos.
No quiero más títeres en esta cabeza.
Recoge todo lo que veas por el suelo y después túmbate, te estaré esperando ahí, que ese es mi lugar en días como hoy.

Joder. Necesito que me veas llorar, porque sin ropa podría verme cualquiera pero desnuda... eso ya es otra historia
Amor... en realidad tampoco es que necesite nada.
Solo siento el cobarde deseo por dejar de necesitar todo lo que odio en mí.
Perdóname. Pero me pides la llave que da a un lugar en el que a veces ni yo misma soporto estar.
Y yo qué sé.
Aguántame tú si puedes.

1 comentario: