He pasado tantas noches
en el hueco izquierdo de tu pecho,
en el lado frío de tu cama,
que al final por fin lo supe.
Desde que entendí
que estar colgada de ti
era sinónimo de estar equivocada
he querido cometer el mismo error
cada día que pasaba.
Y créeme,
jamás tropezar tantas veces
con la misma piedra
me ha dado algo más que dolores de cabeza,
pero aquí estamos mi amor,
eres la mejor piedra con la que me he abierto todas y cada una de las heridas,
pero qué bien que siempre llegues a tiempo para lamerlas y que podamos fingir que no ha pasado nada.
Cómo nos dolemos a veces, y cuánto nos queremos mal y a escondidas.
Y aún así, por más que nos torturen los recuerdos, lo que yo daría por quedarme dormida cada noche en el hueco izquierdo de tu pecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario